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lunes, 28 de febrero de 2011

Despreciados por todos, menos por Él

Sin la guía del Espíritu Santo, difícilmente se puede tener una vida estable y exitosa. Solo los ungidos de Dios alcanzar todos sus objetivos.
Antiguamente, los profetas  tenían la tarea de ungir a los escogidos del Creador para grandes obras.
Dijo Dios a Samuel: (…) Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviare a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. “ (1 Samuel 16:1)
Samuel, el profeta, debía derramar el aceite de la Santa Unción sobre el futuro  rey de Israel. Al llegar a la casa donde vivía la familia del hombre elegido por Dios para tal misión, el padre de familia presento al profeta a aquellos hijos que, desde su parecer, tenían ´pinta de rey´, esperando que fuera alguno de ellos el monarca designado por el Señor, y dejo de lado al gran escogido. Pero Dios dijo a Samuel: “No mires a su parecer, ni a lo grande de sus estatura, porque yo desecho; porque Dios no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón.” (1 Samuel 16:7)
Dios no se interesa en nuestra apariencia física, Él pone atención a nuestro interior, por eso no se equivoca y nadie lo engaña.
Todos tenemos la posibilidad de ser bendecidos, porque si Él se percata que con sinceridad deseamos agradarlo y atender  Su voz, sin duda nos ungirá para una obra grandiosa.
“E hizo pasar Isaí siete hijos suyo delante de Samuel;  pero Samuel dijo a Isaí: el Señor no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son estos todos tus hijos?
Y el respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos y de buen parecer. Entonces Dios dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. “ (1 Samuel 16:10-12)
El elegido fue David, un pequeño que incluso era despreciado por su padre.
Quizá usted también ha vivido una experiencia así. Pero si está leyendo este artículo no es casualidad, el Señor Jesús ya lo vio y quiere cambiar su historia de derrotas por una de éxito, permítase ser una bendición de Dios, acérquese a Él.


Quien tiene el Espíritu de Dios se indigna contra las injusticias y males de este mundo, y jamás se conforta, consuela o acomoda con ellas.

                                                                                        Edir Macedo


viernes, 25 de febrero de 2011

El poder en la debilidad

Quien vive por la fe en Jesucristo, generalmente va en contra de los pensamientos que dominan al mundo, pues la lógica humana no concuerda con la fe.
Todo aquel que trate de armonizar la fe y el juicio humano terminara confundido. Simplemente no llegara a ninguna parte.
El Señor Jesús garantizo a los primeros, el  último lugar (Mateo 20:16). El mayor será siervo de los menores (Mateo 23:11) y quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien dé su vida, la perderá, pero quien dé su vida por la causa divina, se salvará (Mateo 16:25).
Inclusive, el poder de lo Alto se perfecciona en la debilidad humana.
 De ahí que el apóstol Pablo se diera cuenta que sus debilidades eran señales de fuerza. En los momentos de dolor y de aflicción escucho una Voz suave que le decía: “Bástate mi gracia porque mi podre se perfecciona  en la debilidad.” (2 Corintios 12:9)
Una gigantesca fe le vino debido a esa palabra, entonces, confesó:
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustia; porque  cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2 Co. 12:9 y 10).
Verdaderamente, por causa de las humillaciones, Pablo aprendió que los humillados serán exaltados y los exaltados serán humillados. Eso porque en el Renio de Dios, quien abusivamente quiere ganar, pierde; y quien lucha con humildad y paciencia, gana.
Justamente es lo opuesto a las reglas del mundo.
Por lo tanto, amigo lector, si se siente abatido, débil, humillado o fracasado, sepa que es una buena oportunidad para que el poder de Dios le perfecciones en su flaqueza y le muestre que con Dios todo lo puede.


Las tentaciones, a diferencia de las oportunidades, siempre llaman dos veces.

                                               O.A. Battista



jueves, 24 de febrero de 2011

“¡No soy digno! ¡

¿Cuántas veces se ha dicho “no soy digno del favor de Dios”?.
Posiblemente, infinidad de ocasiones se ha sentido una persona que no merece  las promesas divinas. Aunque suene a cliché, sepa algo: usted es lo que piensa.
Es decir, es usted quien tiene esa idea, porque a decir verdad,  las Sagradas Escrituras revelan que la voluntad de Dios es totalmente diferente a lo que imaginan. Él en realidad le quiere bendecir.
Si Dios diera bendiciones por méritos, definitivamente nadie las obtendría, porque todos sin excepción pecamos.
Entonces ¿Cómo hacer que Sus Promesas sean una realidad en nuestra vida?

Utilizando la fe, usted es digno de la promesas de Dios por fe: “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia, no solamente para la que es la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.”  (Romanos 4:16)

No piense que no tiene derecho a recibir bendiciones por parte del Señor, ni que no lograra tener  Su ayuda en el cumplimiento de sus sueños. Si sigue sus Mandatos y cree en el sacrificio que Él ya hizo en la cruz, definitivamente es coheredero de Sus riquezas. Abrase a la posibilidad de conquistar lo que jamás imagino.



Dios cuida a quienes le pertenecen. ¡Recuerde siempre eso!

                                                                                                                                                                         Edir Macedo





miércoles, 23 de febrero de 2011

Fe y Confianza

Hoy no publicare un artículo, como los que subo diariamente a mi blog.
Este día quiero compartir con ustedes un video muy hermoso, yo lo habia visto hace algún tiempo, sin embargo ayer lo vi de nuevo y el mensaje que transmite es muy lindo, es un poco largo pero pienso que vale la pena verlo.
Digamos que lo vi en el momento preciso ya que yo necesitaba una respuesta y gracias a este video la encontré.

Tal vez no estén en la misma situación que yo, pero sé que hallaran las respuestas a sus preguntas
Espero que les guste y sepan una cosa, puede que por este momento estés pasando por un momento muy difícil y aunque pides, oras, etc.
A veces llegas a pensar que Dios te abandono pero eso no es cierto, Él conoce lo que tu estas pasando, y aunque no entiendas por qué créeme que Dios si lo sabe y Él nunca te dejara solo, y en vez de angustiarte, desesperarte o hacer otras cosas, tienes que esperar en Él, aunque las dudas te atormenten, o las cosas empeoren, siempre tienes que confiar en Él.

En este momento solo debes depositar toda tu confianza en Él y del resto Él se encargara.
Y después de este tiempo de prueba sera más fuerte y sobre todo sabrás que Él nunca te dejo solo, y aprenderas algo de cada situación difícil que te servira de algo para tu vida futura.




Él sabe lo que hace, Él nunca se equivoca.

Porque Dios lo hace Perfecto.



martes, 22 de febrero de 2011

“Bienaventurados los pobres…. (¿?)

Poner atención a lo que Dios dice, tienes suma importancia, pues siempre que indica algo, lo hace porque está preocupado por nuestro bienestar. A veces nos exhorta, otras nos orienta, algunas más nos consuela; sea una palabra agradable o una reprensión, Dios nos habla a través de la Biblia porque nos ama y sabe lo que necesitamos. Él siempre quiere nuestro bien.
 En la Biblia hay numerosas orientaciones sobre lo que debemos hacer  y qué no. En Mateo 5 está escrito que Jesucristo dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” (v. 3).
Pero desafortunadamente ha sido mal empleado por muchas religiones para someter a las personas. Vea porqué:
Dicen que las personas deben ser pobres porque los pobres están cerca de Dios. Sin embargo sí presta atención, vera que  Jesús no se refiere a los pobres de bolsillo, Él se está refiriendo al pobre de espíritu. Hay gente que económicamente es pobre, pero es arrogante o pobre que ni interés por Dios tiene. Por otro lado, hay quienes son ricos económicamente y sencillo de corazón.
El pobre es quien siempre necesita de algo. Cuando Jesús uso la expresión “pobres de espíritu”, estaba refiriéndose a que siempre debemos tener necesidad de Él, buscarlo con todas nuestras fuerzas. Nunca debemos pensar que ya no necesitamos más de Dios, porque cuando eso ocurre, significa que se ha dado lugar a la soberbia. Debemos cuidar esa necesidad de la presencia de Dios, quererla cada vez más.
Es como un matrimonio. Cuando la pareja es de recién casados tiene una sed enorme de agradar al otro con detalles, ayudándolo, amándolo. Con el paso del tiempo, la mayoría, pierde ese gusto, siente que ya conoce demasiado al otro y hace las cosas de cualquier manera; de no cambiar, ese matrimonio está destinado al fracaso. Así le pasa a mucha gente, que después de un tiempo, pierde el gusto de buscar a Dios; esa es ruina espiritual.
El amor debe renovarse. A Dios debemos darle el primer lugar, el lugar que merece. Si tenemos consideración cuando hacemos cosas ´importantes´, y hacemos las cosas con gusto, sin pretextos, fastidio o cansancio, debemos ser así con Dios. No haga las cosas de cualquier manera.



La verdadera medida de la grandeza de un hombre  es como trata a quien no puede beneficiarlo en nada.

                                                                                                    Ann Landers


martes, 15 de febrero de 2011

Sea activo.

La palabra de Dios dice: “Has visto hombre diligente en su trabajo, delante de los reyes estará, no estará delante de los de baja condición.” (Proverbios 22:29).
Una persona diligente  es quien sabe lo que realmente quiere, se dedica a su meta, es cuidadoso (a) y esforzada.
Quien es diligente crece, prospera, progresa.
Un ejemplo dentro del ámbito laboral, es quien da todo de sí para hacer bien su trabajo, se esfuerza, se esmera, cumple lo que promete y respeta las normas.
Si usted quiere ver las promesas de Dios cumplirse en su vida, es necesario que esté dispuesto a actuar con diligencia, a sacrificar y obedecer la Palabra de Dios.
Debe asumir este compromiso para ser un buen ejemplo y así Dios estará a donde quiera que usted vaya.
Recuerde que si usted hace lo que le corresponde, Dios se encargara de realizar lo  “imposible”.



La sabiduría consiste en saber cuál es el siguiente paso, la virtud, en llevarla a cabo.
                                                                                                                                                                            David Starr Jordan


viernes, 11 de febrero de 2011

Carta para quienes pasan por un mal momento.

He pensado así: si yo, un mísero nada, sujeto a tantos errores y flaquezas, siento un dolor insoportable al saber de sus sufrimientos, ¡Imagine el Señor  Jesús!
¿Usted cree  que Él está fuera de su vida? ¿Piensa que Él no siente su dolor?...
Amigos internautas, ¡nuestro Señor no nos abandonó!
Sabemos que solo disfrutaran grandes bendiciones aquí y llegaran al Reino de Dios quienes  dejen a un lado la timidez, la cobardía, para actuar, sacrificar, perseguir sus metas y obedecer con fe a Dios.
Con todo, Dios ha permitido que pasemos por tribulaciones, angustias y periodos sin recibir sus respuestas…. ¿Por qué? No se…
Por una parte para ejercitar nuestra fe y confianza. No obstante de algo estoy segura: “Todas las cosas cooperan para el bien de aquellos que aman a Dios.” (Romanos 8:28).
¿Usted realmente lo ama?
Entonces no tema, crea, manténgase seguro e inconmovible. No se deje llevar por las dudas nacidas en su corazón.
Aunque los momentos difíciles siempre golpean a nuestra puerta, nuestro Señor garantiza:”…he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…” (Mateo 28:20).
Dios está cerca de usted ahora mismo, mientras lee este mensaje. Si quiere aproveche el momento, converse con Él ahora.
Háblele de sus errores, también de sus necesidades. Él le perdonara y, si escucha atentamente lo que Él dijo en la Biblia, hallara el consuelo y la solución que necesita.


Creer en Dios va más allá de  creer en su existencia, es tener la seguridad de que Él hará aquello que prometió.

                                                                                                                                       Edir Macedo


jueves, 10 de febrero de 2011

No puede titubear


Entre alguien afortunado y una persona común, hay una sola diferencia: sus pensamientos. No es que la suerte les sonrió, fue su persistencia que los llevo hasta donde están. Como en los cuentos de hadas, sufrieron altibajos, momentos donde la esperanza estaba al mínimo.
Si quiere una familia unida, ser feliz en el amor, salud, paz, abundancia económica, debe aferrarse a esa meta, imaginarse con ellas en las manos, saber que Dios puede renovar sus fuerzas y, con las mismas, no dejar que nada le mueva de su objetivo. Si otros pudieron, usted también.
Tiene que decidirse por lo que quiere e ir tras ello, sin escatimar esfuerzos, pues todo esfuerzo valdrá la pena al final. No deje que la pereza o el miedo  le aniquile.
Frases como “como no puedo”, “esa vida no es para mí”, “estoy conforme con lo que tengo  (siendo que en realidad quisiera más)”, “tal vez”, “soy muy débil”, “si llega bueno, si no, ni modo”, debe arrancarlas de su mente y tirarlas a la basura. Usted si puede esforzarse y ganar, es solo querer y matar la duda antes de que la misma le mate a usted. Si otros le llamaran de loco “bendito sea Dios viva su locura con la cabeza en alto”.
No tema arriesgar. Si cree que Dios o la vida no le quieren tan feliz, sepa que Dios dijo “(…) en verdad os he visitado y he visto lo que se os hace (…) Yo os sacare de esa aflicción (…) a una tierra que fluye leche y miel.” (Éxodo 3:16 y 17) ”.
Esa “tierra que fluye leche y miel” es su máximo anhelo, la cumbre de sus sueños, lo que un día se tachó como locura o demasiado pedir.


Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.

                                                                                                                           Mahatma Gandhi

miércoles, 9 de febrero de 2011

Y sus triunfos… ¿De qué tamaño serán?

La Biblia revela: “para Dios todo es posible” (Mateo 19:26).
Entonces, ¿Por qué si Él puede hacer absolutamente todo, hay personas que no ven un resultado de ello?
Para que Dios actúe  se necesita de un elemento importante: FE.
Las Escrituras lo enfatizan cuando dicen: “pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que el existe y que recompensa a los que le buscan” (Hebreos 11:6).
Todo lo que imagina, por increíble que parezca, Dios lo puede hacer. Más aún, Él quiere que usted lo vea hecho realidad. No obstante, le corresponde a usted ampliar su visión, abrirse a las enormes posibilidades que Él le brinda y creer en eso.
Él no desea brindarle únicamente paz, quiere que usted tenga lo mejor, que no carezca en ningún sentido, pero es importante que sepa que su cosecha siempre será del tamaño de su fe.
Si usted cree en un Dios que solo hace cosas pequeñas, ese será el resultado.
En caso contrario, es decir, si usted confía en su Señor capaz de realizar grandes proezas, obtendrá resultados extraordinarios.
El poder de Dios no tiene límites.
Dispóngase a conocer su poder, crease capazas de ser quien siempre ha soñado.



Lo más grave no es caer, sino permanecer en el suelo.
                                                                                             
                                                                                                                       Michael Quoist


martes, 8 de febrero de 2011

Fe dormida

Nada hace más feliz al diablo que ver como los creyentes se fanatizan con la Biblia. Es decir, cuando ya no les interesa practicar lo que está escrito, su placer es escuchar o leer mensajes maravillosos y saber más y más…
De ese modo, pueden hacer alarde de que sean más que otros.
El propósito de las revelaciones contenidas en la Biblia no es memorizarlas ni causar un sentimiento de bienestar, sino preparar a la gente para la guerra contra el mal. Por lo tanto, si no se les pone en práctica, ¿Cuál es la ganancia?
Así como nuestros músculos necesitan ejercicio para estar fuertes, nuestra fe requiere ser ejercitada para que nuestros sueños se hagan realidad.
Ejercitar la fe es obedecer la Palabra de Dios.
Obviamente, la lectura bíblica es un excelente alimento para nuestro espíritu, pero si no practicamos lo leído, terminaremos cayendo en la hipocresía. Las lecciones carecerían sentido.
Los escribas, por ejemplo, incurrían en lo anterior. Ellos conocían la Ley, los Mandamientos y las profecías mejor que nadie, pues estaban oficialmente a cargo de transcribir las Escrituras.
Sin embargo, Jesús los llamo hipócritas, guías ciegos, serpientes y generación de víboras,
Él les revelo como serian juzgados por Dios al decirles: “¿Cómo escapares de la condenación del infierno?” (Mateo 23:1-35).
¿Cuánta gente estará espiritualmente anestesiada debido a su extenso conocimiento  bíblico?
Gente que está ansiosa por saber, pero vacila en la práctica de los pensamientos de Dios.
¿Y sabe por qué?
Porque odian la idea de sacrificar. Inclusive gusta leer sobre el sacrificio pues no les cuesta nada, pero en la práctica lo detestan.

El diablo sabe que la fe no tiene ningún poder cuando está inactiva. Esa es la razón por la que muchos son llamados, pero pocos son escogidos.


El tamaño de la fe, es medida por el esfuerzo de la actitud, ósea, la fe es medida por el sacrificio.
                                                                                                                                                                                                                                                                              Edir Macedo


lunes, 7 de febrero de 2011

Atreverse.

Después de intentarlo una y otra vez, quizá se pregunta si algún día saldrá de esa situación.
Han sido años sometiéndose a los problemas, tratando de acostumbrarse, pretendiendo sobrellevarlos y con miedo de arriesgar lo poco que tiene seguro.
¿Cómo deshacerse de esas cargas, cuando siente que ya no puede?
La Biblia muestra que Dios da fuerzas a quien no las tienes cuando ve sinceridad y disposición, cuando la persona decide “arriesgarse” confiando en ÉL.
Dios puede y quiere estar a su lado, pelar sus problemas por usted, ir al frente de su vida para guiarle, protegerle e incluso abrirle paso.
Pero para ello, usted necesita convencerlo de acompañarlos a la batalla. ¿Cómo?
Dejando de titubear y creyendo en Él de corazón, pues Dios no falla.
Hágale caso, haga lo que Dios pide y Él hará maravillas cuales nunca imagino.


Piensa, cree, sueña y atrévete.
                                                                                                                  Walt Disney

domingo, 6 de febrero de 2011

En búsqueda…


¿Cuáles son sus metas?

Sin duda esta pregunta tiene diversas respuestas habrá quienes aspiren a resolver un problema económico, otros desearan sanidad o quizá una mejor convivencia familiar. Algunos dirán que anhelan un cambio completo de vida. Para todas y cada una de esas aspiraciones es necesario esforzarse,  lucha e inclusive sacrificar.
Los hombres que Dios uso en el pasado, tuvieron que hacer lo mismo para conseguir sus objetivos. Estuvieron sujetos  a las debilidades de cualquier ser humano, pero tenían tan bien definida su metra, que desistir no era una opción para ellos. Además contaban con un arma muy poderosa que los ayudaba a superar cualquier adversidad: la fe.
No hay mejor ejemplo de esto que el Seños Jesús. Tan grande fue su deseo de salvar a la humanidad, que soporto toda humillación y sacrifico Su Vida.
Como consecuencia, no solo nos abrió la puerta de la Salvación eterna a través de la fe en Él, también tuvo un lugar de honor, sentándose a la derecha del Padre. Si usted quiere triunfar, el camino definitivamente es el sacrificio y el uso de la fe.


Vale la pena soportar todas las adversidades de la fe. Al final de cuentas, son estas las que dan a los siervos de Dios la condición de vencedores.
                                                                                                                                                                                                                                                                       Edir Macedo