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jueves, 27 de octubre de 2011

Déjala Secar.

Mariana estaba muy feliz por haber ganado de regalo un juego de té de color azul. Al día siguiente, Julia, su amiguita, vino bien temprano a invitarla a jugar. Mariana no podía pues saldría con su madre aquella mañana. 

Julia entonces pidió a Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el jardín del edificio en que vivían.

Ella no quería prestar su flamante regalo pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de aquel juguete tan especial. 

Al volver del paseo, Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado en el suelo. Además faltaban algunas tazas y la bandeja estaba rota. 


Llorando y muy molesta Mariana se desahogó con su mamá ¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le presté mi juguete, ella lo descuidó y lo dejó todo tirado en el suelo. 


Totalmente descontrolada Mariana quería ir a la casa de Julia a pedir explicaciones, pero su madre cariñosamente le dijo: "Hija, ¿te acuerdas de aquel día cuando saliste con tu vestido blanco nuevo y un carro que pasaba la salpicó con barro? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuelita no te dejó, ¿Recuerdas lo que dijo tu abuela?"
Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería más fácil de quitar.


Así es hija, con la ira es lo mismo, deje que la ira primero se seque, después es mucho más fácil resolver todo.
Mariana no entendía muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver el televisor.

Un rato después sonó el timbre de la puerta. Era Julia, con una caja en las manos y sin más preámbulo dijo: "Mariana, ¿recuerdas al niño malcriado de la otra calle, el que a menudo nos molesta? Él vino para jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no cuidaría tu juego de té pero él se enojó y destruyó el regalo que me habías prestado. Cuando le conté a mi madre ella preocupada me llevó a comprar otro igualito, para ti. ¡Espero que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa!"

¡No hay problema!, dijo Mariana, ¡mi ira ya secó! Y dando un fuerte abrazo a su amiga, la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del vestido nuevo que le habían ensuciado con barro.


Nunca reacciones mientras sientas ira. La ira nos ciega e impide que veamos las cosas como ellas realmente son. Así evitarás cometer injusticias y ganarás el respeto de los demás por tu posición mesurada y correcta frente a una situación difícil.

No te apresures en tu espíritu a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios. (Eclesiastés 7:9)

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. (Efesios 4:26-27)


Siempre tenga en mente: Deje la ira secar…

Dios los Bendiga Abundantemente.




martes, 18 de octubre de 2011

Diferente.


Muchas personas han pasado varias tribulaciones y sufrido persecución en su casa, en la escuela, en el empleo, y todo a causa de su fe.

Ellas no han seguido la corriente de este mundo y han sido víctimas de bromas, de burlas, y hasta atacadas verbalmente.

Cuántas veces has escuchado: "Ahí va la creyente fanática, ¿porque no vas a la discoteca? No hay nada malo en eso; ¿Todavía eres virgen? ¡Oh no!, ¿en qué siglo vives? No tengas miedo, sólo es una pequeña mentira no va a perjudicar a nadie, tu madre no tiene por qué saber; ¿Nunca tuviste novio? Disfruta de la vida, de tu juventud, eres muy tonta. "

Amiga no tengas miedo de ser diferente, asume tu fe y no te dejes influenciar.
Debes ser fuerte y firme, de lo contrario serás siempre como una marioneta en las manos del diablo.
No te dejes intimidar, no tengas miedo de ser excluida de la rueda o criticada por no hacer lo que todo el mundo hace, tu recompensa será grande en extremo.

No te olvides, esa gente que te persigue todavía anda en busca de la felicidad, por lo que se refugian en las drogas, bebida, novios, discotecas, en fin, la vida loca.

Pero tú no necesitas nada de eso, porque has encontrado la verdadera felicidad en el Señor Jesús.

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia.” (Juan 15:19)

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33)

jueves, 13 de octubre de 2011

¿Quién controla tu vida?

Algunas veces pasamos por situaciones que no esperábamos o nuestros planes de un momento a otro cambian.
Cuando esto sucede, siempre seguimos de una manera totalmente opuesta a la que imaginábamos.
Estos cambios nos hacen salir de nuestra comodidad y emprender un camino hacia lo que queremos pero en un rumbo que desconocemos.

Siempre pretendemos que todo salga tal y como lo planeamos. Y cuando esto no sucede así, surge una pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué Dios permitió que me pasara esto?.

Todos cuando decidimos seguir a Jesús, le entregamos nuestra vida a Él, para que tenga el control de ella y es lo que hace. Nos guía hacia una vida feliz aunque para llegar a ella tengamos que pasar por cosas que no comprendemos.

A veces pensamos que todo lo que nos pasa, solo nos traerán cosas malas, pero no debemos olvidar que más allá de lo que nosotros creemos existe un Ser que tiene controlada nuestra vida y que cada situación que pasamos nos  enseñara algo para aplicarlo en nuestro diario vivir, cada circunstancia nos harán más fuertes, nos harán pensar antes de actuar, nos harán dependientes en un 100% de Dios, nos harán confiar más en Él, nos harán ser agradecidos con él, fortalecerán nuestra Fe, hasta nos harán amar más al Señor Jesús y muchas cosas más serán las que aprenderemos.

Claro en el momento, no  pensamos eso, solo vemos nuestros problemas como gigantes y nos olvidamos que Dios es mucho más grande que cualquier problema y Él sigue siendo Fiel y Justo con nosotros para ayudarnos siempre y cuando lo dejemos actuar.
Pasado un tiempo reflexionamos y vemos que todo lo que aconteció dejo un aprendizaje que ahora podemos ver con más claridad.

Hace un tiempo yo pase por una situación inesperada y que me sorprendió mucho, en el momento me entristecí, pero Dios que es tan amoroso me hablo y me dijo: “Todo lo que hago es con un  propósito que aunque no lo veas todavía, al final veras que el resultado es el mejor, no te desanimes que yo estoy contigo, sigue adelante conmigo a tu lado, yo luchó contigo, no te desvíes de mi camino y llegaras.  Estoy moldeando tu futuro, confía en mí, se lo que hago y nunca haría algo que te lastimara, al contrario será algo maravilloso más de lo que imaginas.”


Después de eso,  cuando me suceden cosas que no espero, recuerdo sus palabras, me aferro a Él  y siempre logro salir adelante, si tú crees que lo que te pasa ahora es malo, déjame recordarte que TU entregaste tu vida a un Dios maravilloso que en lugar de hacerte sufrir (como muchos piensan), quiere hacer muy feliz, y sabes ¿Por qué? Porque Él es tu Padre y tú eres su Hijo(a) Amado (a), y nunca haría algo que te dañara, Él solo hará maravillas en tu vida. Solo confía en Él, obedécelo, acepta la ayuda que Él te brinda, toma su mano y nunca te suelte de ella. Ten por seguro que si haces esto tu victoria es segura.

Mira las hermosas palabras que Él ha dejado para ti:
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)

Guárdalas en tu corazón y sigue adelante que Dios está contigo y todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

Dios los Bendiga.


martes, 4 de octubre de 2011

¿Te acuerdas del pato?

En vacaciones, dos hermanos fueron a visitar a sus abuelos al campo. Al más chico le regalaron una gomera para jugar en los alrededores. Siempre estaba practicando, pero no lograba dar al blanco. Una tarde vio al pato preferido de su abuelito.

En un impulso, tiró y terminó pegándole al pato en la cabeza y lo mató. ¡En ese momento se paralizó y se entristeció! Entró en pánico y escondió al pato muerto entre los pastizales. Beatriz, su hermana, vio todo pero no les dijo nada a los abuelos.

Al día siguiente, después del almuerzo, el abuelo dijo:
- Beatriz, vamos a lavar los platos.

Pero ella le respondió:
- Abuelo, Felipe me dijo que quería ayudar en la cocina.

Y mirándolo le susurró:
- ¿Te acuerdas del pato? - Entonces Felipe lavó los platos.


Más tarde el abuelo les preguntó si querían pescar, pero la abuela dijo:
- Disculpen, pero yo necesito que Beatriz me ayude a hacer la cena.
Beatriz apenas sonrió y dijo:
- Está bien, pero Felipe me dijo que hoy quería ayudar.
Y le susurró nuevamente:
- ¿Te acuerdas del pato?

Entonces, Beatriz fue a pescar y Felipe se quedó a ayudar.
Después de varios días, Felipe siempre terminaba haciendo el trabajo de Beatriz hasta que él, finalmente, no aguantando más, le confesó a su abuelo que había matado al pato.

El abuelo lo abrazó y le dijo:
- Querido, yo sé… estaba en la ventana y vi todo, pero porque te amo, te perdoné. ¡Yo sólo estaba preguntándome por cuánto tiempo más dejarías que Beatriz te hiciera su esclavo!


Sea cual fuere su pasado, con mentiras, engaños, malos hábitos, odio, enojo, sea lo que fuere, usted necesita saber que Dios estaba en la ventana y vio todo lo que ocurrió.

Él conoce toda su vida, Él quiere que usted sepa que Él lo ama y que usted está perdonado.

Él solo quiere saber cuánto tiempo dejará que el diablo lo haga su esclavo.

Dios sólo está esperando que usted le pida perdón, Él no sólo perdona, sino que también olvida.

El precio es la fe para que Dios lo perdone.
Vaya adelante, marque la diferencia y recuerde siempre: ¡Dios está en la ventana y sabe todo!
La voluntad de Dios nunca se manifestará sin que usted tome una actitud de fe.


Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9)