Powered By Blogger

lunes, 18 de julio de 2011

Quiero, pero...

Varias veces me he encontrado con personas que me dicen:
 “yo quiero cambiar, quiero ser diferente, quiero que Dios me ayude” etc.

Pero saben algo, solo se queda en el “quiero”.
No con todas las personas acontece lo mismo, algunos si tienen el deseo de cambiar y lo hacen.

Pero qué pasa cuando no cambian, les diré lo que una de esas personas me dijo: “quiero ayuda, que Dios me ayude, PERO NADIE SE ACERCA A AYUDARME.”

Ahora bien, si analizamos es muy fácil ver donde radica su error.
Ella espera que alguien la ayude, que alguien se interese por ella, yo pienso que cuando alguno de nosotros tiene problemas, lo primero que hace es BUSCAR AYUDA, NO ESPERAR QUE ALGUIEN SE ACERQUE A NOSOTROS Y MIENTRAS NO HACER NADA.

No es así, si alguno tiene problemas tiene que buscar primeramente la ayuda de Dios y claro que Él te ayudara, porque es muy bondadoso, el mismo dice: “invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás(Salmos 50:15)

Cuando personas me buscan para pedirme ayuda, por no saber qué hacer, les digo que busquen a Dios primeramente y posteriormente empiecen a cambiar sus hábitos que no agradan a Dios.

Seguramente dirán: ¿Y quién eres tú para ayudarlos?
Bueno yo también tuve problemas, busqué refugio en  Dios  y Él no me abandonó, pero yo no  sabía qué hacer para agradar a Dios, entonces varios hombre y mujeres de Dios me dijeron como hacerlo, SI ELLOS ME DIJERON. Nadie hizo los cambios en mí, yo los hice sola.
Agradezco mucho a todos los que se tomaron el tiempo para escucharme y orientarme.
Detrás de mi cambio, estuvo Dios y personas, pero quien tomo la decisión fui YO, también pude seguir igual pero NO, yo decide ser distinta.

Después de que la persona de la que les comente en un principio me dijo que quería que alguien la ayudara, yo me ofrecí, platique con ella, la escuché y finalmente la oriente y que paso… NADA.

Ella seguía sin cambiar, sin tomar interés, sin hacer nada, sin intentar ser una nueva persona. Yo le dije que Dios, ni nadie puede ayudar a alguien que no quiere ayudarse a sí misma (o), que no se empeña por  cambiar, ser agradable a Dios.

Nadie te obligara a ser diferente, esa es una decisión que nos toca a nosotros elegir, ni siquiera Dios te obligara, Él espera que tu desees de todo tu corazón encontrarte con Él, pero tú tienes que abrirle tu corazón y créeme nadie te obligara a hacer eso, tú tienes que elegir.

Yo también recibí ayuda y es por eso que me gusta compartir mis experiencias con ustedes.
Si tu deseas cambiar, el cambio lo harás solo (a), te podrán orientar en cómo hacerlo pero tú eres quien decide si OBEDECE O NO.

Quieres cambiar tu carácter, comienza por controlarlo, tal vez al principio no sea fácil, pero eso no debe desanimarte,  nada es imposible si crees que puedes lograrlo, quieres evitar hacer cosas que tú sabes que son malas, aléjate de ellas, todo cambio trae consigo un sacrificio, pero tienes que seguir, la recompensa es mucho mejor de lo que imaginas y veras que te sentirás mucho mejor que antes.


Si hay en tu corazón un deseo de cambiar lo que eres ahora por algo mejor, por alguien agradable a los ojos de Dios, comienza ahora, nadie hará ese cambio por ti, SOLO TU.
Si buscas ayuda, se te dará con mucho gusto, pero tú eliges entre tornarte un (a) valiente o quedarte en la misma situación por más tiempo.

Nadie luchara una batalla que te corresponde a ti.




Dios los Bendiga.







sábado, 9 de julio de 2011

¿Cuál es su profesión?

No importa la cantidad, sino la calidad.

Los guerreros, cada uno de nosotros vale por 300 de la competencia.

Una actitud cambia todo.

Mi oficio es ser  Valiente, ¿Cuál es el tuyo?

Recuerda: “Los Valientes vestimos de rojo”

“El escudo de sus valientes esta enrojecido, los hombres de su ejército visten de grana, el carro flamea como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán los cipreses.” (Nahúm 2:3)








domingo, 3 de julio de 2011

Cuando...



Cuando la fatiga y el desánimo intentan destruir tu fe,

Cuando el dolor de tu alma es insoportable a causa de un amor no correspondido,

Cuando las voces de culpa aumenten,

Cuando las palabras no te puede ayudar y te sientes abrumada por la soledad,

Cuando las dudas traen amenazas de muerte y el miedo persiste,

Cuando las preocupaciones te impiden dormir,

Cuando los amigos desaparecen y los enemigos aumentan cada vez más,

Cuando la avalancha de acusaciones y críticas surgen,

Cuando una herida del pasado vuelve a abrirse en el presente,

Cuando la desesperación se apodera de ti y parece que es el fin,

Cuando las puertas están cerradas y no hay luz al final del túnel

Cuando todo parece perdido, e incluso tus oraciones suenan como palabras vacías lanzadas al aire,

Cuando no hay esperanza en nadie más de este mundo,



El Altar es el lugar.


El sacrificio a Dios es el Medio.


El Espíritu Santo es la respuesta.