Cuando la fatiga y el desánimo intentan destruir tu fe,
Cuando el dolor de tu alma es insoportable a causa de un amor no correspondido,
Cuando las voces de culpa aumenten,
Cuando las palabras no te puede ayudar y te sientes abrumada por la soledad,
Cuando las dudas traen amenazas de muerte y el miedo persiste,
Cuando las preocupaciones te impiden dormir,
Cuando los amigos desaparecen y los enemigos aumentan cada vez más,
Cuando la avalancha de acusaciones y críticas surgen,
Cuando una herida del pasado vuelve a abrirse en el presente,
Cuando la desesperación se apodera de ti y parece que es el fin,
Cuando las puertas están cerradas y no hay luz al final del túnel
Cuando todo parece perdido, e incluso tus oraciones suenan como palabras vacías lanzadas al aire,
Cuando no hay esperanza en nadie más de este mundo,
El Altar es el lugar.
El sacrificio a Dios es el Medio.
El Espíritu Santo es la respuesta.
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