¿Y tú sabes de lo que te estas perdiendo?

Hace poco escuché a una persona invitar a sus familiares a la iglesia que el asiste, a lo que ellos contestaron “NO” y el solo les contesto en tono suave “NO SABEN DE LO QUE SE PIERDEN”.

Esto me hace pensar sobre la cantidad de veces que hicimos (o hacemos esto), no pretendo juzgar a nadie, pero parece que cuando se trata de Dios, hay muchas excusas: “No Tengo Tiempo”, “Estoy Cansado(a)”,”Tengo Mucho Trabajo”, “No Creo En Esas Cosas”, “Tengo Tantas Cosas Que Hacer”, “Tengo Un Compromiso”, etc. y creo que la lista sigue.

Tenemos tantas cosas que nos preocupan que  casi nunca le préstamos  atención a Dios.

Y cuando le dedicamos algún tiempo, solo es para quejarnos del porqué nuestra vida no cambia o porque todo nos sale mal, y muchas veces ni siquiera le agradecemos el hecho de estar vivos, de poder respirar, estamos solo esperando que sucedan cosas extraordinarias en nuestras vidas, que dejamos de ver las pequeñas cosas que Él nos da.

Claro que el Él nos puede dar cosas maravillosas para nuestra vida. Incluso él nos muestra cómo hacerlo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (San Mateo 6:33).

Que nos indica esto, que debemos ponerlo a Él sobre todas las cosas y Él nos dará las cosas que necesitamos.

Yo antes de conocer a Dios, también ponía mil excusas cuando alguien me invitaba a una iglesia o cuando alguna persona se acercaba a mí para hablarme de Dios. Este tipo de acciones de las personas hacía mí me irritaba mucho.

Pero una vez que decidí darme ese “tiempo” para conocerlo, no me arrepiento de haberlo hecho.

Ahora también me gusta hablar con las personas de Dios y claro que también me he encontrado con personas como yo antes de volverme a Dios, pero sé que cuando se tomen el tiempo para escucharlo su vida cambiara y es por eso que nunca desisto de las personas, porqué sé que si yo pude, ellas también podrán.

Y tú que estás leyendo este articulo (que también es una forma de mi parte, para hablarte de Dios), te has dado un tiempo para conocer a Dios, o solo quieres escuchar hablar de Él y de las maravillas que hizo y que sigue haciendo en estos días en otras personas, tú decides si solo oyes de su grandioso poder o eliges que ese poder exista en tu vida.

Ahora entiendes de lo que te estás perdiendo.

Dios los bendiga.