A pesar de lo doloroso de imaginar a Cristo dando su vida por nosotros, Él dijo ser dicho evento un motivo de alegría. Se ofreció en sacrificio para tenernos junto a Él. Siempre y cuando vivamos acorde a Su voluntad, dependiendo de Él, viviendo en Su amor.
Evidentemente esa alegría no es por lo que nuestros pecados le hicieron sino porque de no hacerse dicho sacrificio, ni usted ni yo estaríamos aquí, con la oportunidad de salvación justo frente a nosotros.
Ninguna acción podía borrar nuestras fallas ante Dios. Él lo había dicho ante el Universo, los ángeles y hasta ante Satanás, sólo hay dos caminos: o amar a Dios o no amarlo y quien no lo escogiera a Él, escogía sabiendo o no los caminos trazados por Satanás y éste tendría control sobre la persona.
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No esta aquí, sino que ha resucitado. (San Lucas 24:5)


No hay comentarios:
Publicar un comentario