Algo está muy claro somos humanos y con fuerzas propias habrá situaciones que no podamos vencer. Estamos hechos de carne y hueso. Al nacer predomina en nosotros la naturaleza carnal.
Sólo naciendo espiritualmente de Dios, tendremos una fuerza extra, especial, y adquiriremos capacidad de enfrentar cualquier cosa. (1 Juan 5:4).
Pero, ¿Qué es nacer de Dios?
Jesucristo habló sobre ellos con un hombre llamado Nicodemo. Tal hombre poseía grandes riquezas materiales, sin embargo se sentía vacío, se dio cuenta de que no era tan feliz como pensaba.
Carecía de la paz y de la presencia de Dios en su vida.
El nuevo nacimiento se produce cuando la persona abre su corazón a Dios, cuando obedece y práctica Sus mandamientos.
Cuando elige poner a un lado las palabras negativas y las dudas, para solo atender la voz de Dios.
Todos necesitamos nacer de nuevo en términos espirituales. Así el vacío interior desaparecerá y seremos capaces de alcanzar nuestros anhelos. Busque a Dios, deje que el Espíritu Santo sea quien guíe su vida, no hay alguien mejor para ello.
“La raíz del problema es el ADN del primer Adán. Creer en Dios no es suficiente para cambiar la naturaleza adánica. Hay que nacer de nuevo. Hay que ser espiritual. Hay que tener el ADN divino.”
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