Las cosas a medias no se disfrutan. Ahora imagine si hablamos de tener una vida a medias, resulta ser mucho peor. Así es, vivir a medias es debido a enfermedades que impiden un desenvolvimiento normal. Vivir a medias por causa de las tensiones que hay en casa, ya sean provocadas por la escasez de dinero para hacer frente a las necesidades cotidianas, o por una convivencia cada vez más deteriorada por las ofensas y los maltratos, las adicciones, la infidelidad. Vivir a medias porque desde hace tiempo se viene arrastrando una amplia y pesada lista de desilusiones amorosas, la cual ha impregnado el corazón de miedos y tristeza. En fin, vivir a medias porque poniendo las cosas en una balanza, pesan más los tragos amargos que las satisfacciones.
Cuenta la Biblia que un hombre llamado Job experimento algo peor que vivir a medias, pues a pesar de ser un individuo ejemplar ante la mirada de Dios, de un momento a otro perdió todo: su salud, su patrimonio y hasta sus hijos.
A simple vista, tal desgracia era irreparable y, en todo caso tardaría bastante tiempo para que los daños fuesen subsanados. No obstante, la fe que ese hombre llevaba en su pecho desde tiempo atrás, le condujo a abogar su causa delante del Ser en quien creía: “Respondió Job, y dijo: Hoy también hablare con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido. ¡Quien me diera el saber donde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, y llenaría mi boca de argumentos.” (Job 23:1-4)
¿Resultado? Dios respondió a Job haciéndole no sólo recobrar su salud, también le favoreció para tener más hijos y adquirir muchas más riquezas que antes.
El caso de Job quedó registrado en las Escrituras no para llenar un espacio, tampoco porque pretenda ser un cuento entretenido para ´matar el tiempo´. A través de éste, Dios quiere hacerle saber que puede recurrir a Él en busca de ayuda siempre que la necesite.
Él muestra abiertamente Su deseo de tendernos la mano cuando dice: “…invócame en el día de la angustia; Te librare, y tú me honraras.” (Salmos 50:15)
¿Necesita de ese auxilio? ¿Por qué no hace lo mismo que Job?
Si con fe busca al Señor y le expone sus problemas, Él puede ayudarle a remediar las circunstancias que hoy le afligen.
Mi deseo es que ese Dios que ha cambiado un sinnúmero de vida y que sin duda, quiere y puede transformar la suya. El único requisito es que eche mano de su fe
Dice Dios: “…porque cercana esta mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.” (Isaías 56:1)
“Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”
Mateo 23:12
No hay comentarios:
Publicar un comentario