Posiblemente en estos momentos usted tienen tantas dificultades que humanamente son consideradas imposibles de resolver, y tal vez el pensamiento que mas ronda su mente es: “¡Dios me abandonó!”.
Por más que intenta solventar la situación, no logra vencer la adversidad, el desespero le gana y las fuerzas para continuar disminuyen a cada instante.
En verdad, ¿Dios le habrá abandonado?
A menudo las personas se concentran tanto en el resolver el conflicto, que no logran recordar la fuerza que tiene el uso de la fe y el poder de Dios.
Definitivamente, el Señor no se ha olvidado de usted.
Él está al pendiente de su vida y conoce sus dificultades. De hecho, se encuentra ansioso por ayudarle, pero nada puede hacer si antes usted no da el primer paso.
El Señor Jesús siempre respetara su libertad y por eso Él espera a que usted actué primero.
Si se acerca y le platica sus aflicciones, Él podrá ayudarle a encontrar la solución.
Si bien es verdad que no aparecerá mágicamente para quitarle los obstáculos y las barreras, también es cierto que le dará el respaldo y la fuerza para hallar una salida.
No se desespere, mejor use su fe.
“Porque no menosprecio ni abomino la aflicción del afligido, ni de el escondió su rostro; sino que cuando clamo a él, le oyó.” (Salmos 22:24)
“Todo hombre debe decidir, una vez en su vida, si se lanza a triunfar arriesgándolo todo, o se sienta en su balcón tranquilamente a contemplar el desfile de los triunfadores”
A.H.M.
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